Tras la invasión musulmana de la península Ibérica, los invasores establecieron la capital de su califato en la ciudad de Córdoba. Los antiguos templos cristianos fueron destruidos y en su lugar fueron contruidos los templos de la religión del nuevo poder, las mezquitas. En Córdoba, sobre los cimientos de la antigua basílica visigoda de San Vicente, fue construida la Mezquita de Córdoba, convertida en el siglo XIII en la actual Catedral de Santa María de Córdoba, constituye el monumento más importante de Córdoba, y también de toda la arquitectura andalusí, junto con la Alhambra.

Construida a partir del siglo VIII sobre la basílica visigoda de San Vicente, fue objeto de ampliaciones durante el Califato de Córdoba, y tras la reconquista cristiana de la ciudad en 1236 fue convertida en catedral.

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